INDEPENDENCIA: El estatuto de auditoría debe establecer la independencia de la actividad de auditoría interna mediante la doble línea de reporte, con la dirección y con el grupo de supervisión más elevado de la organización. Específicamente, el director ejecutivo de auditoría (DEA) debe reportar a la dirección ejecutiva en cuanto a la asistencia para establecer dirección, apoyo y conexión administrativa; y típicamente al comité de auditoría en cuanto a la dirección estratégica, refuerzo y obligación de rendir cuentas. Los auditores internos deben tener acceso a los registros y al personal que necesiten, y se les debe permitir emplear técnicas de prueba apropiadas sin impedimentos.
OBJETIVIDAD: Para mantener la objetividad, los auditores internos no deben estar involucrados personal o profesionalmente con el área auditada, ni mantener lealtad con ella; y deben tener una actitud mental imparcial y neutral en relación con todos sus trabajos.
La independencia y la objetividad son dos componentes fundamentales de una actividad de auditoría interna eficaz.
INDEPENDENCIA Y OBJETIVIDAD
El auditor interno ocupa una posición única, dado que está siendo empleado por la dirección y a la vez debe revisar la conducta de la misma, lo que puede crear tensiones significativas. Por un lado, es necesario que el auditor interno sea independiente de la dirección con el fin de evaluar objetivamente sus acciones, pero por otro lado está claro que el auditor interno depende de la dirección al ser su empleado.
En consecuencia, la actividad de auditoría interna debe tener un mandato a través de un estatuto escrito que establezca su propósito, autoridad y responsabilidad, de modo de apoyar su independencia y objetividad dentro de la organización.
Los auditores internos son independientes cuando ofrecen juicios imparciales y neutrales al realizar sus trabajos. Para asegurar su independencia, las mejores prácticas sugieren que el DEA debe reportar directamente al comité de auditoría o su equivalente. A los fines administrativos del día a día, el DEA debe reportar al ejecutivo más elevado de la organización (por ejemplo, el director general o chief executive officer -CEO-). El DEA debe tener comunicación directa con el comité de auditoría, lo cual refuerza la jerarquía de auditoría interna dentro de la organización, permite un apoyo total y acceso irrestricto a los recursos de la organización, y asegura que no exista ningún menoscabo a la independencia.
Esto ofrece suficiente autoridad para asegurar una amplia cobertura de auditoría, la adecuada consideración de las comunicaciones de sus trabajos, y la apropiada acción sobre sus recomendaciones. La independencia se mejora aún más si el DEA reporta al consejo directivo mediante el comité de auditoría que forma parte del mismo, en lo que hace al planeamiento, la ejecución y los resultados de las tareas de auditoría. El comité de auditoría también es responsable de la designación, remoción y establecimiento de la compensación del DEA. El comité debe proteger la independencia aprobando el estatuto de auditoría interna y sus mandatos periódicamente.
La objetividad es una actitud mental que los auditores internos deben tener cuando desempeñan sus trabajos. El auditor interno debe tener una actitud mental imparcial y neutral, y evitar situaciones de conflicto de intereses, dado que perjudicarían su capacidad de cumplir sus obligaciones objetivamente. Los resultados del trabajo de auditoría interna deben ser revisados antes de ser emitidos, con el fin de asegurar razonablemente que el trabajo se haya desempeñado objetivamente.
Los auditores internos no deben asumir ninguna responsabilidad operativa. Se presume que la objetividad está menoscabada cuando los auditores internos realizan una revisión de aseguramiento de una actividad por la cual han tenido autoridad o responsabilidad dentro del año anterior o un período lo suficientemente significativo para influenciar su juicio u opinión. Los auditores internos no deben aceptar regalos ni favores de otras personas tales como empleados, clientes o asociados de negocios.
Los auditores internos deben adoptar una política que contemple su compromiso de cumplir con el Código de Ética, evitar los conflictos de intereses, y declarar toda actividad que pueda resultar en un posible conflicto de intereses. La asignación del personal de auditoría interna debe rotar periódicamente siempre que sea posible.
Referencias:
Marco para la Práctica Profesional, del IIA; 20 Preguntas que los Directores Deben Hacer Sobre Auditoría Interna, por Fraser and Lindsay; Documento de Posición de la ECIIA sobre Auditoría Interna en Europa; y Consejos para la Práctica 1000-1,1100-1,1110-1,1120-1.