La analítica de datos y automatización en la auditoría interna –“más rápida, más barata y mejor” – ha sido validada de manera convincente. Ejemplos de estas tecnologías abundan, a lo que nos referimos colectivamente como «Digital IA®», son utilizadas por las organizaciones para descubrir anomalías, identificar oportunidades, descubrir ahorros y detectar fraudes. Sin embargo, a pesar de los numerosos casos de éxito, la adopción general ha sido desigual. Ciertas industrias, en particular la de servicios financieros, han adoptado la normativa digital, sin embargo, muchos otros están por embarcarse en la iniciativa. ¿Qué los está deteniendo?
Beneficios para la función y la organización por igual
En los últimos años, las capacidades de la auditoría interna digital han aumentado significativamente. Por ejemplo, herramientas como la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés) permiten que los procesos que requieran mucho trabajo y sean propensos a errores, se terminen en cuestión de minutos. Mientras tanto, un aumento en la capacidad computacional ha sido acompañado por la racionalización de las interfaces de usuario y el refinamiento de las herramientas de visualización que ponen el poder que solía residir sólo para la élite «genios de la tecnología» ahora en manos de los usuarios promedio. Así, a través de la automatización, los grupos de auditoría interna pueden aumentar la eficiencia, disminuir los errores y liberar recursos para el trabajo de valor agregado. Y a través de la analítica, AI no solo puede realizar mejor sus tareas tradicionales, sino que puede ampliar su mandato y su esfera de influencia para recomendar acciones inmediatas a la gerencia a través de la anticipación de los riesgos y oportunidades.